CH´IYARA PHISI


   
EL MITO DEL GATO NEGRO

Hace muchos años, en la región de Chulumani (La Paz- Bolivia), hubo un joven muy emprendedor, Jacinto era un solitario huérfano que se dedicaba a la venta de pan y masitas, el negocio ¨pan casero¨ le fue heredado por sus difuntos padres.

El muchacho de tan solo 25 años tenía de compañía a su adorado ch´iyara phisi (gato negro), los comunarios del pueblo no veían con buen ojo la crianza de estos animales debido a su color negro, pues en el área rural es muy conocido que los gatos negros atraen al sajra (demonio) y son aliados de la magia oscura.

Pasaban los meses y el negocio de Jacinto se deterioraba, pues la competencia se hizo más popular y el joven solo se sustentaba de aquel ingreso económico para sobrellevar su cotidiana vida, cada vez se hacía más difícil la venta de sus pancitos, el muchacho comenzó a endeudarse con distintas personas.

la historia detrás de los gatos negros
CH´IYARA PHISI

Una noche de luna llena Jacinto soñó que un ser le hablaba, éste le ofrecía riquezas y prosperidad a cambio de su espíritu, alrededor de las 3am despertó y notó que alguien llamaba a su puerta, increíblemente era  un espectro oscuro, el demonio se le había aparecido… se le acercó y tal como lo manifestaba en su sueño le ofreció prosperidad y éxito a cambio de su espíritu. Jacinto sintió miedo pero lo relajaba el hecho de pensar que aún seguía en un sueño; de esta manera, él aceptó el trato pues era un muchacho que nunca creyó en el más allá ni en los seres del mundo de los muertos.
A la mañana siguiente Jacinto pensó que todo había sido una pesadilla, así que se dispuso a ir al pueblo a vender sus pancitos. Cuando el joven iba llegando a su tienda,  la desesperación por parte de los pueblerinos para adquirir su producto se había incrementado, sorprendentemente la promesa por parte de aquel extraño ser parecía efectuarse al pie de la letra.

Dos semanas después un productor mayorista contactó al muchacho y le ofreció ampliar su negocio a la ciudad, Jacinto pagó todas sus deudas y comenzó  a exportar el ya muy famoso ¨pan casero¨ a diferentes regiones del país, pasaban los días  y la fama del joven Jacinto se fue haciendo más popular.

Habían pasado ya 3 años, 3 meses y exactamente 3 días desde aquella noche y el extraño contrato entre Jacinto y el espectro maligno… Durante una de las madrugadas de intenso sueño Jacinto tuvo otra pesadilla, era él, el demonio quien le manifestó lo siguiente: ¨He venido a avisarte que es tu último día entre los vivos, tu espíritu me pertenece, es hora de que cumplas tu parte del trato¨
El muchacho despertó rápidamente, supo que el tiempo de prosperidad no era eterno y que aquel sería su último día sobre esta tierra, fue extraño pero su gato se le acercó como protector, aquel protector fiel que estuvo con su amo desde el principio, Jacinto muy triste le comentó al animal lo que ocurriría ese día durante la madrugada… ¨tu eres mi ch´iyara phisi adorado, yo te he cuidado y protegido desde que eras ch´iti (pequeño), es hora de que tú me protejas… quiero que mañana cuando venga el Sajra lo engañes, espántalo para que no vuelva¨, el gato muy atento parecía no entender los reclamos de su amado dueño; sin embargo, con un ronroneo y un maullido salió de aquella habitación.

El último día de este joven había llegado, las horas parecían volar  y la noche no tardó en llegar, con lágrimas en los ojos Jacinto se fue a acostar esperando su destino. Ya eran las 3 de la mañana y el muchacho había logrado conciliar el sueño, fue extraño pues Jacinto tuvo otra pesadilla, en ella se reflejaba como él estaba inmóvil en su cama con un velo negro y su gato se recostaba en la puerta de aquella habitación, un ser escalofriante se iba acercando recorriendo toda su casa y antes de entrar a ese cuarto el gato se sentó en pleno camino y  habló con el maligno ser. El espectro expresó: Ch´iyara phisi no estorbes, déjame pasar... seguidamente el gatito con una voz muy extraña manifestó: ¨si quieres llevarte a mi amo primero tienes que contar todos los pelos de mi cuerpo y en cuanto termines te dejare entrar aquí¨, el demonio un poco molesto y con un gesto de desagrado comenzó a contar el pelaje de aquel gato negro.

Había pasado 1 hora desde que el extraño ser comenzó a contar los pelos del gato y ya estaba a punto de terminar, el gato casi gimiendo de felicidad movió sutilmente su cola, esto provocó que aquel demonio se confunda y tenga que comenzar de nuevo con su conteo. Parecían extrañas las monerías de aquel gato, pues se dieron 4 ocasiones más, en las que justo cuando el demonio estaba a punto de concluir la cuenta, el minino volvía a mover su cola o saltar incluso para confundirlo.

El tiempo no perdona a nadie, se hicieron las 6am y el sol comenzó a resplandecer, el espectro no tuvo más opción que irse de aquella casa. Jacinto, al despertar del extraño sueño de aquella noche, observó a su gato durmiendo al pie de su cama, con el pelaje alborotado, le pareció extraño y se preguntó si aquella pesadilla en realidad había ocurrido, si en efecto su gato había obedecido a sus órdenes y lo había protegido del maligno demonio. Dudó mucho durante ese día y fue más su sorpresa al observar que en su casa quedaron huellas de un animal enorme, tales como el de una bestia. Desde aquella noche Jacinto soñaba la misma situación, el demonio y su gato en una discusión por reclamar su espíritu.

Pasaron 7 años y el gato ya se encontraba muy anciano y cansado, una de las noches el felino dio su último aliento de vida y quedo en un profundo sueño para partir al mundo de los muertos. Jacinto muy entristecido supo que esa larga madrugada también sería hora de su partida, se quedó dormido abrazado del cadáver de su fiel amigo, en su sueño pudo observar como el demonio se acercaba con una risa a reclamar su alma, Jacinto sonrió y abrazado de su ch´iyara phisi partió voluntariamente con aquel maligno ser.

Por: Erika Sirpa

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